miércoles, 25 de abril de 2012

"THE MAN WHO WOULD BE KING" [John Huston, 1975]

Proyección: 26/4/2012, 21:30h.
Dirección: John Huston
Producción: John Foreman
Guión: John Huston, Gladys Hill.
Música: Maurice Jarre
Fotografía: Oswald Morris
Montaje: Russell Lloyd
Actores: Michael Caine, Sean Connery, Christopher Plummer, Saeed Jaffrey, Shakira Caine.

Dos pícaros ex-militares del Imperio Británico, Dravot y Carnehan, masones para más señas, sobreviven de forma poco legal en la India de finales del siglo XIX. Cuando oyen hablar del legendario reino de Kafiristan se encaminan hacia allí en un peligroso viaje, reuniendo por el camino un ejercito propio formado por aldeanos locales que pronto mitifican a Dravot, achacándole poderes divinos… Naturalmente, la pareja intentará sacar el máximo provecho a esta nueva situación y crecerán desmesuradamente sus ambiciones…
El genial director John Huston llevó de forma magistral a la gran pantalla el libro homónimo de Rudyard Kipling, un proyecto que tardó casi veinte años en hacerse realidad: en un principio, mediados los años 50, pensó rodarla con Humphrey Bogart y Clark Gable de protagonistas, pero el fallecimiento del primero truncó los planes… Después quiso retomarlo con Kirk Douglas y Burt Lancaster, más tarde con Paul Newman y Robert Redford para acabar decidiéndose por un par de actores británicos: Caine y Connery demuestran con sus respectivas y excelentes interpretaciones que la larga espera había merecido la pena. Obra maestra.
"Danny Dravot y Peachy Carnehan son dos aventureros que viajan a la India en 1880 y sobreviven gracias al contrabando de armas y otras mercancías. Un día deciden hacer fortuna en el legendario reino de Kafiristán. Después de un durísimo viaje a través del Himalaya, alcanzan su meta justo a tiempo para hacer uso de su experiencia en el combate y salvar a un pueblo de sus asaltantes. Está inspirada en un relato de Kipling." (FILMAFFINITY)
"...Con ‘El hombre que pudo reinar’, Huston sumaba en su filmografía el adaptar al gran Rudyard Kipling, tras adaptar a escritores de la talla de Dashiell Hammet, Tennesse Williams o Herman Melville. Adaptaciones de las que salió airoso gracias a su envidiable capacidad de saber trasladar a la pantalla el espíritu de la obra, alcanzando con el escritor de origen indio la cota más alta de su cine, al menos para quien esto suscribe. Pocas veces en la historia del cine el género de aventuras ha estado tan bien tratado. En una década en la que los apellidos Lucas y Spielberg se alzarían como los máximos responsables de los cambios que sufriría el séptimo arte a partir de entonces, Huston se mantuvo fiel a una mirada más clásica, menos artificiosa, el gran mal de la mayoría de las superproducciones actuales.
(...) La película da comienzo en Lahore, India. Allí un periodista inglés —un perfecto Christopher Plummer dando vida al mismísimo Kipling— recibe la inesperada visita de un hombre harapiento que resulta ser Peachy Carnehan, a quien Kipling había conocido hacía dos años. Carnehan le relata los terribles acontecimientos que le llevaron a ese estado. Entonces el espectador se entera de la fantástica y fatídica aventura de Carnehan y Daniel Dravot, dos vividores que acudieron a Kipling para obtener cierta información. Su gran ambición, o locura, era la de atravesar Afganistán con un cargamento de armas para establecerse definitivamente en Kafiristán, donde ayudar a las distintas tribus a defenderse, con la intención de expandirse y por ellos ser coronados reyes del lugar. Sólo por la osadía del proyecto, y las ganas que les meten tanto Carnehan como Dravot, convenientemente ya presentados al espectador, quien se rinde inmediatamente a su magnetismo, seguimos con interés su periplo, pues en saber si consiguen o no su particular misión dota al relato de cierta intriga.
Carnehan y Dravot son dos personajes típicamente hustonianos, quizá los más representativos del cine de su autor. Perdedores natos, antihéroes con un poco de moralidad y un mucho de caraduras, siempre marcados por la fatalidad del destino, pero con un afán inagotable por perseguir aquello que ambicionan. El carácter aventurero del propio Huston queda reflejado en estos dos bribones tan encantadores, a través de los cuales conoceremos el éxito y el fracaso, pero sobre todo lo cerca que una cosa está de la otra. También el desencanto que conlleva todo fracaso, algo que Huston, debido a su animada vida, entendió a la perfección. De ahí el especial cariño que pone en sus personajes, a los que trata sin piedad, también sin establecer dogmatismos, pero comprendiendo en cierto modo su forma de vida. Aquel que les lleva a perder el rumbo cuando la desmesurada ambición les hace desear de más. Así pues, el hombre se creerá un dios con poder inimaginable para cualquier cosa. Dravot, más que Carnehan, sufrirá delirios de grandeza. Y eso será la perdición de ambos. Pues un dios no puede tener ambiciones humanas. El episodio de Dravot deseando una esposa —Shakira Caine, la mujer de Michael Caine en la vida real, en lo que parece un chiste privado— refleja perfectamente lo comentado.
Pocas veces, actores tan inmensos como Sean Connery y Michael Caine estuvieron tan bien, con una más que perfecta química entre ambos. Sus personajes pertenecen por derecho propio a la antología de perdedores del séptimo arte. Huston además realiza un curioso ejercicio con el destino de los mismos. Por un lado rinde tributo a su admirado Kipling, haciendo que Dravot termine igual que en el cuento, pero a Carnehan, que en el mismo muere por insolación, le reserva el papel típicamente hustoniano, el de sufrir en vida las consecuencias de su osadía. De esta forma, Huston incide en uno de los temas recurrentes de su filmografía, que el infortunio y la desdicha pueden traer las mejores enseñanzas. Melancólica hasta la médula, llena de un humor que jamás enturbia la dureza de lo narrado, sino todo lo contrario, un Maurice Jarre que le proporciona algo de épica, y un Huston con los pies en el suelo, que mira de tú a tú a sus personajes viviendo la aventura de sus vidas. Intensa, emocionante, única. Una obra maestra." (BLOGDECINE.COM)
"...Es tarea difícil la de definir el gusto que supone ver a dos auténticos titanes de la interpretación como lo son Connery y Caine, compartir pantalla. La asombrosa química entre ellos se hace notar desde el principio, y ambos saben sacarle muchísimo jugo a su respectivos y ricos personajes. Cuando las actuaciones funcionan tan bien, el resto va rodado. Y éste es precisamente el caso. El gran John Huston aporta su experiencia detrás de la cámara y en el guión (adaptación de un relato de Rudyard Kipling) para imprimir el fuerte carácter a clásico que la trama exigía a gritos.
Sin escenas especialmente espectaculares, el director americano sabe servirse del encanto que irradian tanto los personajes principales, como la propia historia. Hace gala también de un genial humor refinado, muy británico (“Dioses no! Somos ingleses, que viene a ser lo mismo.”) y de un apabullante espíritu romántico, encariñándose con la figura del “outsider”, el pícaro, y a la postre… el entrañable perdedor. Porque esto es lo que son Dany y Peachey, una pareja que pudo haberlo tenido todo, pero que finalmente (como bien indica el título del metraje) acaban aplastados por su propio e inevitable destino.
‘El hombre que pudo reinar’ es una película inolvidable, que supone mucho más que una fábula moral sobre la amistad y los peligros que conllevan la avaricia y la corrupción del poder. Es el retrato de una época controvertida. Por un lado terrible y brutal por todas las injusticias que supuso el cruel colonialismo. Pero por otro lado mágica y maravillosa: porqué todavía quedaban exóticos lugares por ser descubiertos y sobretodo porqué los soñadores con intrépido espíritu aventurero aún podían llegar a ser reyes." (ELSEPTIMOARTE.NET)

miércoles, 18 de abril de 2012

"GET CARTER" [Mike Hodges, 1971]

Proyección: 19/4/2012, 21:30h.
Título en España: "Asesino Implacable"
Dirección y guión: Mike Hodges
Producción: Michael Klinger
Fotografía: Wolfgang Suschitzky
Música: Roy Budd
Actores: Michael Caine, Ian Hendry, John Osborne, Britt Ekland, Dorothy White.

Jack Carter, gángster establecido en Londres, regresa a su ciudad de origen en el norte de Inglaterra para asistir al entierro de su hermano, muerto en extrañas circunstancias. Movido por un sentimiento de venganza, Carter inicia una espiral de violencia extrema contra la pequeña mafia local y contra todo el que se entrometa en sus planes.
Basado en el libro "Jack's Return Home" de Ted Lewis, este clásico thriller británico muestra de forma canónica como entienden el "cine negro" en las islas: ambientes desoladores, personajes anti-cool, escaso glamour y refinamiento nulo… Michael Caine vuelve a demostrar la grandeza de su arte interpretativo, alejándose de sus anteriores papeles más propensos a buscar la empatía con el espectador: en "Asesino Implacable" el protagonista es un auténtico cabrón, permanentemente enojado y de gatillo -y puño- fácil…
"Antes de Snatch, o de las pistolas humeantes de Guy Ritchie, o de los Reservoir Dogs de Tarantino, de los Buenos Muchachos de Scorsese, de Scarface, o incluso del Padrino de Coppola, existió un gángster tan visceral y audaz como sus sucesores. Fue Jack Carter, un elegante matón británico encarnado por el inigualable Michael Caine, en el papel más cínico y frío de su prolongada carrera. Carter es un mafioso londinense que llega a Newcastle, en las afueras de Londres, para vengar la extraña muerte de su hermano, y reencontrarse con familiares y enemigos. Lo que sigue es un espiral de sexo y violencia a la inglesa, un fino plato de cine negro de estilo y contundencia."  (SEXANDTHEBICI.BLOGSPOT)
"....Caine crea un personaje icónico, Jack Carter, que es la esencia del cool britannia, como puedan serlo en sus contextos distintivos el Bullitt (Peter Yates, 1968) de Steve McQueen, el Jef Costello (El silencio de un hombre Jean-Pierre Melville, 1967) de Alain Delon, el Parker de Lee Marvin (A quemarropa, John Boorman, 1967) o el Goro Hanada de Jo Shishido (Koroshi no rakuin, Branded to kill, Seijun Suzuki, 1967).  O su propio Harry Palmer en la saga sobre el espía anti-bond. Caine había protagonizado algunos papeles dentro del thriller como este, incluso había hecho un personaje tan desagradable como Alfie (Lewis Gilbert, 1966), pero su imagen todavía no había sido puesta a prueba en un personaje enteramente negativo, que encima era protagonista absoluto del film (aparece en todas sus escenas menos en una, donde su ausencia es dramáticamente expresiva) y donde la tensión entre la presencia sofisticada del actor, su imperturbabilidad entre el naturalismo y la estilización,  y el ambiente cochambroso que le rodea crean un efecto dialéctico que quizás sea lo mejor de toda la película.
De hecho Mike Hodges, quien fue alistado como director tras un par de trabajos televisivos, pretendía a Ian Hendry como Jack Carter. Hendry, quien finalmente se encargó del repulsivo Eric Paice en el film, era un actor sólido, popular por su presencia televisiva en diferentes series, con alguna interpretación memorable como el sargento sádico de The Hill (Sidney Lumet, 1965), y cuyo físico hosco había aparecido ya en algún brit-noir de los 60 como Girl in the headlines (1963) o The beauty jungle (Val Guest, 1964) o en la misma producción de Kingler Repulsión. En cualquier caso la productora impuso a Michael Caine, una estrella emergente que sostendría por si misma aquella producción de bajo presupuesto saturada de componentes bárbaros, depravados y brutales. El propio Hodges reconocería años más  tarde que la sensación de ver a Caine llenar la pantalla en la primera secuencia que rodaron juntos (la llegada al bar donde pide una cerveza en vaso largo y contesta al teléfono) fue la de haber entrado en otra liga. Lo cierto es que la presencia mesmerizante del actor otorga al film una dimensión distinta, superior, que vacuna al film hasta contra sus contornos más toscos, una dimensión icónica, perdurable." (ESBILLA.WORDPRESS)
"Nosotros mantuvimos el nivel de violencia muy bajo. He visto tantas pelìculas que son una suerte de pornografìa de la violencia, o sino sòlo triturar y golpear una y otra vez a la gente. La idea fue mostrar que en la vida real los dientes que vuelan tras los golpes se quedan dentro de la boca y que un solo embate de un puñal puede abrirle el corazòn a cualquiera." (MICHAEL CAINE)

miércoles, 11 de abril de 2012

"ALFIE" [Lewis Gilbert, 1966]


Proyección: 12/4/2012, 21:30h.
Dirección y Producción: Lewis Gilbert
Guión: Bill Naughton
Música: Sonny Rollins
Fotografía: Otto Heller
Montaje: Thelma Connell
Actores: Michael Caine, Shelley Winters, Millicent Martin, Vivien Merchant, Alfie Bass, Jane Asher, Julia Foster.
 
Alfie es un casanova empedernido, con una larguísima lista de conquistas femeninas entre las que figuran mujeres de toda clase social (y también psicológica...). Un tipo insensible, incapaz de asumir responsabilidades y con un imaginativo catálogo de métodos de seducción -saca un sorprendente provecho de su trabajo como conductor de coches de alquiler...- al que, poco a poco, se le va complicando su hedonista visión de la vida.
Basada en la obra teatral de Bill Naughton, "Alfie" supuso en 1966 el descubrimiento internacional -nominación al oscar incluida- de Michael Caine por su antológica interpretación del personaje central: un cínico y arrogante cockney londinense cuyo único dilema existencial es peinarse, nada preparado para la que se le viene encima. Una de las armas principales de la actuación de Caine son sus charlas a la camara que crean la necesaria empatía emocional con el protagonista; por el contrario, quizá lo que peor ha envejecido es la moralizante moraleja final... No hay que olvidar la época en que esta magnífica película fue rodada, a mitad de esos años 60s, pendientes de tantas revoluciones inacabadas...
Mención especial merece la música, tanto la jazzística banda sonora firmada por Sonny Rollins como, por supuesto, el mítico tema principal escrito por Bacharach & David.
"Alfie (Michael Caine), un cockney londinense que trabaja como chófer en una empresa de coches de alquiler, es famoso en la ciudad por ser un galán seductor e irresistible. Sus numerosas conquistas le hacen ver lo deliciosa que es la vida de soltero; además, todas las chicas desean que sus nombres figuren en esa lista de honor, de la que Alfie se siente tan orgulloso." (FILMAFFINITY)
"...La pelí­cula va desarrollando por la esencial mediación del diálogo las desventuras amorosas y emocionales del rubio Alfie en el “swingin” London sesentero desde el propio punto de vista del personaje y a ritmo jazzí­stico de Sonny Rollins.
Caine no cesa de hablarnos a la cámara comentando su propio sentir desde una postura harto arrogante hacia la vida y los componentes de la misma. Vamos así­ acompañando sus acciones casi de manera cómplice (a pesar de sus reprobables actitudes) hasta contemplar la caí­da en su propia trampa envueltos en un cúmulo de sensaciones que el guión de Bill Naughton, la realización de Lewis Gilbert y la interpretación de Michael Caine saben trasladar con notable énfasis.
Lo más endeble del filme es el acentuado de la moraleja condenatoria. Lo mejor, las interpretaciones de todos los personajes implicados en la historia sobresaliendo la prodigiosa actuación de Caine que serí­a nominado al Oscar de Hollywood al igual que Vivien Merchant, la actriz que interpreta a la mujer de su amigo del hospital." (CLAQUETA.ES)
"...Caine seduce por igual a mujeres y espectadores a lo largo del metraje. Este estudio de personajes fue rompedor en su momento en su uso de la narración en forma de confesiones ante la cámara, y mantiene maneras visuales -determinados planos muy generales, uso del zoom– del free-cinema británico aunque aquí nos encontremos en terrenos más comerciales. Con fluidez se pasa del humor a las situaciones patológicas o se dejan aflorar las emociones. Hay también momentos con una atmósfera más sórdida, particularmente la aparición del médico abortista interpretado por Denholm Elliot que interviene cuando Lily, una mujer casada a la que ha seducido Alfie, queda embarazada; un tratamiento que acentúa el tono de moralismo ambiguo del relato.
Las mujeres en la vida de Alfie, que son muchas, son todas producto de su época. Jane Asher como Annie, la autoestopista adolescente que Alfie le roba a un camionero en un área de descanso de la carretera, es la típica chica que en los sesenta abandona su casa en busca de acción y enfrentada al trato displicente de Alfie se limita a gimotear y poner morritos; en el extremo contrario, Shelley Winters, la mujer madura para la que Alfie es un auténtico gigoló, se acaba convirtiendo en el refugio al que acudir cuando todo falla, y es quien más daño hará al chofer casanova , pues le planta en plena cara la caducidad de la belleza y de la capacidad de seducir.
...La película gana enteros en los momentos de debilidad de un Michael Caine tratando de encontrar las palabras para explicarle a su único amigo las dudas que empezaba a tener sobre su vida hasta ese momento, tras presenciar un aborto clandestino y sorprenderse ante la valentía con que la mujer afectada lo había enfrentado. El personaje de Gilda, su embarazo, y la experiencia de la paternidad es lo que más humaniza al casanova, pese a que Alfie es incapaz de amar realmente a Gilda ni, a la hora de la verdad, responder como padre.
Alfie se hizo con un Globo de Oro, el Premio Especial del Jurado en Cannes y fue candidata a cinco óscars: el de mejor actor principal para Michael Caine, actriz de reparto para Vivien Merchant, mejor película, mejor canción, y mejor guión adaptado. En 2004 se estrenó el remake dirigido por Charles Shyer con un seductor Jude Law como Alfie. Sin ser del todo despreciable, el Alfie del siglo XXI es demasiado deudor de la pasarela y poco creíble como retrato de personajes. Se intenta mantener el estilo british del original haciendo que Law sea un inglés trasplantado al Nueva York del 2004 que aparenta vivir en el Londres del 66, conduciendo una Vespa clásica por Manhattan y con el look de un mod vestido por Armani. Se acabó la sordidez, todos son fiestas, chicas despampanantes, clubes exclusivos y gigantescos apartamentos que uno no se cree que Alfie pueda pagarse ni como chofer de limusinas ni como gigoló. Este Alfie, aunque reciba su lección de la que con mucho esfuerzo de voluntad debemos entender que le hará cambiar de vida, siempre es simpático y mueve a la complicidad. Está muy lejos del Michael Caine que vivía en un Londres que apenas salía de la posguerra para entrar de lleno en la revolución sexual, y que era egoísta, cínico, manipulador, engreído, ignorante, cobarde, despreciaba a las mujeres, evitaba a los niños y tenía pocos amigos. Y aún así, siempre le preferiremos." (CUATROCIENTOSGOLPES.COM)

miércoles, 4 de abril de 2012

"THE IPCRESS FILE" [Sidney J. Furie, 1965]

Proyección: 5/4/2012, 21:30h.
Director: Sidney J. Furie
Producción: Harry Saltzman
Guión: Bill Canaway, James Doran.
Música: John Barry
Actores: Michael Caine, Guy Doleman, Nigel Green, Sue Lloyd, Gordon Jackson, Aubrey Richards, Frank Gatliff.

Harry Palmer, un ex-sargento del Ejército británico mezclado en negocios turbios, tiene la ocasión de redimirse trabajando como agente para la Inteligencia militar. Su primer servicio es resolver el secuestro de un reputado científico, un caso que pronto alcanza mayores dimensiones cuando Harry descubre que hay más de una docena de situaciones similares en las que a los  científicos les han lavado el cerebro antes de liberarlos. La única pista de la que dispone es una extraña cinta magnética con la inscripción "IPCRESS"...
Primera película de una apasionante trilogía -le seguirían "Funeral in Berlín" (1966) y "Billion Dollar Brain" (1967)- sobre espionaje en plena Guerra Fria, una respuesta cool al taquillazo de aquel momento: el James Bond bordado por Sean Connery... Michael Caine interpreta a Harry, un espia de comportamiento nada modélico, indisciplinado, miope y "perfectamente prescindible" para sus superiores, lejos de la infalibilidad de 007 y de los exóticos escenarios de sus aventuras. Pero, a pesar de que el éxito de las cintas de Palmer no alcanzó ni mucho menos las de la inacabable saga bondiana, lo cierto es que han sobrevivido mejor el paso del tiempo como referente mayúsculo de una época especial: el "Swinging London" de mediados los 60s como telón de fondo kistch en la guerra sucia entre Occidente y el Telón de Acero. La indisoluble imagen Harry Palmer / Michael Caine se convirtió en un icono instantaneo, gracias a la sobresaliente interpretación del protagonista de este ciclo.
"‘The Ipcress File’, se rodó en 1965 y era un filme británico-alemán, con magníficos secundarios a pares (Gordon Jackson, Nigel Green...). Según muchos, es la mejor de las tres entregas de la serie, sin que eso quiera decir que las otras dos son malas (ni mucho menos). Aquí es donde el indisciplinado Palmer ingresa en las filas del Servicio Secreto para verse envuelto en un terrible embrollo de torturas mentales: una organización secuestra a científicos británicos para lavarles el cerebro y sólo Harry Palmer podrá destruir tan terrible amenaza y descubrir que el propio Servicio Secreto Británico escondía a un traidor entre sus filas. Y lo hace, en una peli que si se distancia de las Bond es, entre otras cosas, por su enfoque adulto, intelectual, serio: Harry Palmer no es el sexualmente hiperactivo Bond y carece de sus otras cualidades como brillante agente, pero sale adelante, tiene instinto y encanto. Es tan interesante como James Bond, pero la propuesta es totalmente diferente. En lo que coinciden Bond y Palmer es en su carácter británico: Bond parece más patriota, más conservador. Palmer está más desencantado, pero resulta igualmente inglés y se rodea de todos los elementos del Londres de 1965: edificios de instituciones oficiales, escenas en las cercanías del ‘Albert Hall’ o en ruinas industriales de los muelles del Támesis, chaquetas de ‘tweed’, sombreros hongos, paraguas... La película fue un bombazo de taquilla y crítica: obtuvo varios ‘British Academy Awards’ en 1965 (los Oscars británicos) y compitió en Cannes (aunque no fue premiada).
El director, Sidney. J. Furie, era una promesa del cine inglés que nunca terminó de revelarse en su totalidad. Pero en 1965 todo esto era genial: un director famoso, un actor ‘nuevo’ convertido en una estrella, un producto de calidad, una seria competencia a James Bond... lo que nos lleva a las secuelas. O más que secuelas, al nacimiento de la serie Palmer." (POPTHING.COM)
"En noviembre de 1962, poco después del estreno de la exitosa “Dr. No”, la primera incursión en el cine del encantador y sofisticado agente británico James Bond, el escritor Len Deighton publicó la novela de espías “The Ipcress File”. Dicha novela fue bien recibida tanto por el público como por la crítica, por lo que el productor Harry Saltzman, uno de los responsables del “Dr. No”, contactó a Deighton para proponerle que la novela se usara como base para realizar una nueva serie de films de espías. Para Saltzman, esta era una oportunidad única para alejarse de la naturaleza más fantástica de las cintas de Bond, y filmar una historia de espías bastante más realista protagonizada por un terrenal Harry Palmer. Michael Caine, quien en aquella época había adquirido cierta notoriedad en la industria cinematográfica británica gracias a su papel como el Teniente Gonville Bromhead en la cinta “Zulu” (1964), fue escogido para interpretar a Palmer, que se convertiría en el primer rol protagónico del actor. Con la finalidad de mantener ciertos estándares de calidad, Saltzman prefirió utilizar a gran parte del equipo de filmación que había trabajado en “Dr. No”, entre los que se destacan el editor Peter R. Hunt, el compositor John Barry, y el encargado del diseño de producción Ken Adam.
A diferencia de Bond, Harry Palmer no es un espía glamoroso ni pretende serlo. A él no se le asignan peligrosas misiones en el extranjero, o se le provee de un sofisticado equipo que lo ayude a sortear ciertos imprevistos. Tampoco se rodea de hermosas mujeres o pasa sus ratos libres en el casino jugando bacará, sino que coquetea con una de sus compañeras de trabajo y visita el supermercado más cercano a su humilde departamento con el fin de comprar los víveres que posteriormente formarán parte de su almuerzo. Palmer es más parecido a un detective que a un espía, ya que su mejor arma resulta ser su inteligencia. Las pistas algo vagas que va encontrando en el transcurso de su investigación no apuntan a vistosos villanos, sino que conducen a sujetos que buscan permanecer entre las sombras, por lo que se necesita a un verdadero espía para encontrarlos. Para dejar aún más clara las diferencias existentes entre Bond y Palmer, se nos aclara que este último fue “rescatado” de una prisión militar por el Coronel Ross (Guy Doleman), responsable de que el rebelde Palmer trabaje como espía para el gobierno británico." (PAPERBLOG)
"...“Ipcress” es, por decirlo de alguna forma, el “otro” James Bond. ¿Mejor o peor? Eso queda al gusto de cada uno, pero lo cierto es que Harry Palmer (...) es una versión más mundana y realista del famoso agente británico. Esto queda muy claro nada más empezar. En un hábil juego de montaje, Sidney J. Furie, director inglés que debutaba con este film; nos deja claro que vamos a ver un James Bond cotidiano, realista y mundano. Lo vemos despertarse en un apartamento de lo más normal, vestirse, desperezarse, salir a la calle y emprender su día a día. Poco a poco descubriremos que en su agencia es un agente más, no es especial ni tiene habilidades secretas, nadie está a su servicio con gadgets imposibles o inventos estrafalarios. No. Palmer se tiene a sí mismo y no puede confiar ni en sus superiores. Y además, en ocasiones, es algo torpe.
Es ahí donde “The Ipcress File” gana todos sus enteros. La vuelta de tuerca al mito creado por Connery/Bond a través del realismo y del Cine urbano. Curioso que sea Michael Caine, gran amigo del escocés, quien se haga cargo de interpretar al protagonista. Caine todavía no era el reputado actor que conseguiría ser con el paso de los años, pero le sobraba carisma por todos los costados. No hay un solo plano que no consiga robar el inglés con su pícara mirada embutida en esas gafas de pasta tan sesenteras. No hay una sola secuencia en la que su saber estar, su sobriedad y su economía de gestos se pongan al servicio de un personaje tan callado y enigmático como este solitario agente secreto. Todo lo que en Bond es humor y despreocupación, aquí adquiere un tono dramático y sucio, mucho más urbano y lleno de matices bien sugeridos.
La realización, heredera de la Hammer en todos los aspectos, contribuye mucho a esa sensación de que esto no es James Bond aunque se le parezca. Encuadres aberrantes y muy arriesgados, movimientos de cámara muy meticulosos, montaje pausado y secuencias de acción contadas con los dedos de una mano. No hay excesos, es Cine comercial, sí; pero también es Cine de autor. Quizá sea la mejor película del desconocido Furie y es una auténtica pena que el tiempo la haya ido enterrando poco a poco. No es una maravilla ni lo pretende, pero aporta muchísimo a nivel de suspense y atmósfera, algo que a una historia de espías y agentes dobles como la que trata le viene que ni pintado.
Y mención aparte, como no podía ser de otra forma, para la gran partitura del no menos grande John Barry (...) Ritmos jazzísticos para un tema principal con muchísima personalidad y alegría por contar y transmitir algo. Todo se une para contar la historia de un James Bond poco convencional que aporta momentos tan emocionantes o más que el personaje creado por Ian Flemming. Nada que envidiar, es más, Harry Palmer aporta ese algo distinto que Bond no llegó a transmitir hasta la década en la que nos encontramos. Una veracidad dramática, un realismo conseguido a través de la humildad de una película pequeña. Porque después de todo, hablamos de serie B inglesa, de una película de bajo presupuesto que intentaba aprovechar la ola de 007 aportando algo distinto. La verdad, no sabe uno con cuál quedarse. Pero Michael Caine es mucho Michael Caine."  (ETERNIDADYCINE.BLOGSPOT)

lunes, 2 de abril de 2012

CICLO ABRIL 2012


Ciclo dedicado al actor británico MICHAEL CAINE.

Sir Michael Caine, de nombre real Maurice Joseph Micklewhite, nació en Londres en 1933.Después de combatir en la Guerra de Corea regresó a Inglaterra donde sintió la atracción del teatro, llegando a sustituir al mismísimo Peter O'Toole en una obra. Pronto sus dotes interpretativas guiarían irremediablemente sus pasos hacía el cine teniendo su primer papel relevante en "Zulu" (1964); al año siguiente conseguiría ser el protagonista de "The Ipcress File", punto de partida de una de las carreras más asombrosas e impecables dentro del Séptimo Arte.
Desde entonces, el listado de éxitos comerciales y/o artísticos que han contado con su inigualable toque de distinción es simplemente espectacular: "Alfie", "Gambit", "Funeral in Berlin", "Billion Dollar Brain", "The Italian Job", "Battle of Britain", "Get Carter", "Sleuth", "The Black Windmill", "The Romantic Englishwoman", "The Man Who Would Be King", "The Eagle Has Landed", "Dressed To Kill", "Escape To Victory", "Deathtrap", "Educating Rita", "Blame it on Rio", "Hannah and Her Sisters", "Mona Lisa", "The Fourth Protocol", "Without A Clue", "The Cider House Rules", "The Quiet American", "The Dark Knight",… por citar algunas, no todas. Aparte de sus apariciones en pequeños papeles como autohomenaje en las numerosas revisiones modernas de sus éxitos de los 60s y 70s ("Alfie", "The Italian Job", "Get Carter", "Sleuth",…), todas ellas inferiores a las películas originales: esta claro que contar con todo un Michael Caine como protagonista elevaba el nivel de cualquier producción…
Camino de los 80 años, el protagonista de este indudablemente merecido ciclo, sigue en activo -pronto se estrenará la nueva entrega de Batman con su presencia…- y disfrutando tanto del presente como de un glorioso pasado del que se ha convertido en uno de los iconos más reconocibles.
Día 5: "THE IPCRESS FILE" (Ipcress, 1965)
Director: Sidney J. Furie

Día 12: "ALFIE" (1966)
Director: Lewis Gilbert

Día 19: "GET CARTER"
(Asesino Implacable, 1971)
Director: Mike Hodges

Día 26: "THE MAN WHO WOULD BE KING"
(El hombre que pudo reinar, 1975)

Director: John Huston
Cartel del ciclo CINERAMA de abril.